sábado, 24 de noviembre de 2012

¿Quién era Francisco Javier de Elío?


Francisco Javier de Elío en nuestra historia

Durante las Invasiones Inglesas a principios de junio de 1806, los británicos se apoderaron de la ciudad de Buenos Aires, ciudad indefensa, a diferencia de Montevideo que era plaza fuerte.

Al mando del comodoro Sir Home Popham desembarcaron en Quilmes y marcharon sobre la capital de Virreinato.

El Virrey, Marqués de Sobremonte, no pudo organizar la defensa y el 27 de junio los ingleses entran en la ciudad de Buenos Aires que se entrega sin resistencia.

Los montevideanos dejaron de lado rivalidades pasadas y deseaban expulsar a los ingleses de estos lares, arrastrando al gobernador (Ruiz Huidobro) y al Cabildo a emprender la reconquista.

El ejército estaba formado por 1400 hombres pronto para marchar al mando del mismo gobernador cuando se les presentó en busca de auxilios el capitán de navío Santiago Liniers  Bremont.

Liniers era un oficial francés al servicio de España que había programado desde la vecina orilla solicitar ayuda a los montevideanos. ¡Cuál no sería su sorpresa cuando llegó a esta ciudad y se encontró ya con todo un ejército organizado y listo para emprender la marcha!

Inmediatamente Liniers tomó el mando de la expedición la cual fue exitosa. Finalmente los ingleses fueron expulsados de la capital del virreinato.

El pueblo de Buenos Aires clamaba a gritos que se confiara el poder a Liniers y una asamblea compuesta por el obispo y magistrados civiles accedió al deseo popular.

En una segunda etapa, el comandante Pópham atacó la plaza de Montevideo pero no logrando tomarla se dirigió a Maldonado que cayó en sus manos. Desde allí los ingleses deciden nuevamente tomar Montevideo y hacia ella se dirigen logrando vencerla.

En mayo de 1807 las milicias inglesas deciden reconquistar Buenos Aires y avanzan sobre esa ciudad no logrando el éxito. Debieron capitular comprometiéndose a salir de Buenos Aires ese mismo día y de Montevideo a los dos meses.

El 9 de setiembre al mediodía las tropas británicas abandonan nuestra ciudad y ese mismo día a las dos de la tarde, tomaba posesión de la Plaza un destacamento español al mando del coronel Francisco Javier de Elío, nombrado por Liniers Gobernador interino. Mientras tanto Liniers fue confirmado por el rey de España Carlos IV con el título de Virrey del Río de la Plata.

Durante el tiempo en que Elío fue gobernador, en España sucedió un hecho que iba a tener consecuencias en toda América y también en nuestra patria: España fue invadida por Napoléon Bonaparte (francés).

Al tener noticias de esta invasión, el Cabildo de Montevideo juró fidelidad a Fernando VII (rey de España en ese momento) y “declaró la guerra a Napoleón”. Como Liniers era francés, Elío le invitó a renunciar, calificándolo de sospechoso. El Virrey, ordenó la sustitución de Elío enviando al Capitán de navío Juan A. Michelena en su lugar.

Michelena desembarcó en Montevideo el 20 de setiembre de 1808 para hacerse reconocer como gobernador, pero el pueblo y el Cabildo no lo aceptaron y desacataron la orden del virrey.

Michelena tuvo que huir ante la actitud amenazadora del pueblo, que a gritos pedía a Elío como gobernador como asimismo la convocatoria a un Cabildo abierto.

El 21 de setiembre se reunió la asamblea popular con la cual se consagró la separación entre Montevideo y Buenos Aires con la creación de una Junta de Gobierno presidida por Elío.

BIBLIOGRAFÍA:

- Compendio de Historia Nacional.- Eduardo Thomas

lunes, 5 de noviembre de 2012

Obras de Juan Manuel Blanes: como documentalista

OBRAS DE JUAN MANUEL BLANES

BLANES DOCUMENTALISTA



El episodio de la Fiebre amarilla

Pintó primero una versión uruguaya. La que pintara para Argentina fue expuesta en el foyer del Teatro Colón y tuvo una repercusión enorme con multitudes que hacían cola para verla.

La escena transcurre en una habitación sin luz. La que hay procede de afuera e ilumina sesgadamente el cuadro. En el medio de la puerta, de espaldas a la calle, enfrentados a la pobre mujer que está tirada en el suelo, están los doctores en leyes José Roque Pérez y Manuel Argerich. El primero presidió la Comisión Popular de Salubridad, especialmente formada en Argentina para enfrentar una región atacada con frecuencia por las pestes que venían a bordo de los barcos que provenían de Europa. La muerta – Blanes se inspiró en foto salida en los periódicos – era una italiana de nombre Ana Bristiani.

El cuadro de encuentra en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo.

 Bibliografía:

-          Gran enciclopedia del Uruguay v. 1 .- El Observador
-          Arte uruguayo de los maestros a nuestros días : Blanes.- El País


Obras de Juan Manuel Blanes: Obras Épicas

OBRAS DE JUAN MANUEL BLANES

OBRAS DE LA HISTORIA NACIONAL



 El juramento de los Treinta y Tres Orientales
Es un cuadro que no refleja exactamente la realidad. Los orientales llegaron en lanchones. El río estaba agitado, el viaje fue largo y el grupo llegó fatigado y con la ropa mojada y manchada de barro. Sin embargo en el cuadro de Blanes, los personajes aparecen limpios, relucientes. Un haz de luz ilumina las figuras centrales de Lavalleja y de Oribe.



Retrato de José Artigas en la Ciudadela

El héroe careció de rostro conocido hasta que Blanes resolvió individualizarlo. No existían datos físicos sobre su fisonomía.
El Senado de la Republica le encargó en 1884 el retrato oficial de Artigas. Se le pedía al mejor retratista del país que dotara de fisonomía reconocible al héroe nacional. La única imagen que existía era una pintura de Artigas ya nonagenario que le hicieran cuando ya estaba recluido en Paraguay.

Blanes pintó varios retratos del prócer antes de llegar a la efigie que hoy conocemos. El país entero aceptó al hombre fornido, cuarentón, fuerte y sereno que no posaba como un militar aunque usara uniforme de campaña. Es un uniforme a la uruguaya y a lo Artigas, sin galones, botones dorados (los perfiles son de bronce) ni armas que intimiden. Otros héroes fueron retratados con el lujo de sus cargos, acompañados del eterno sable. Artigas usa poncho, traje azul violáceo con manga y ribetes rojos.  Se nota orgulloso del poncho criollo y el sombrero que de tener alas un poco menos anchas, bien lo podría haber usado un gaucho. Lo ubica en la Ciudadela, flanqueado por anchas columnas. El hombre adorado pr la gente de campo es sin embargo retratado en la ciudad, en un monumento urbano.

Bibliografía:

-          Gran enciclopedia del Uruguay v. 1 .- El Observador
-          Arte uruguayo de los maestros a nuestros días : Blanes.- El País


Obra de Juan Manuel Blanes: Retrato de Carlota Ferreira

OBRA DE JUAN MANUEL BLANES:
Retrato de Doña Carlota



En 1866 pintó a Carlota Ferreira, su retrato más célebre. Las dos veces viuda y exuberante Carlota mantuvo un romance con el pintor y otro con su hijo Nicanor, lo que derivó en un drama familiar.

Las mujeres, en general, se retrataban vestidas de negro con una extrema sobriedad. Con Carlota Ferreira cambió el esquema: lo que subrayó fue la provocación. Respecto a sus kilos de más, la crítica de arte Margherita Sarfati sostenía que no era lo que más molestaba a la sociedad de la época puesto que estaba más o menos dentro del promedio femenino del siglo XIX. Lo que causó impacto y bastante incomprensión fue el desparpajo y la falta de pudor con que exhibía sus robustos brazos, la presencia de un escote menor pero harto sugerente, los ojos muy fijos que miran al espectador , el lujoso fondo de raso y el regodeo de creerse apetecible. El ramillete de rosas en el pecho, los guantes blancos, el cerquillo muy francés, las alhajas, el vestido ceñido de brocato y la insistencia en los cosméticos hablan de una femineidad tan a la vista que confundía la pacatería de la época. Hablaba a gritos de una intimidad entre pintor y modelo que fue mucho más lejos que la desinhibición en el retrato.

Blanes conoció a Carlota cuando ésta le encargara un retrato de Regunaga, su recién fallecido marido. La señora tenía un corazón débil y se acercó demasiado al pintor y a su hijo Nicanor. Carlota se casó con Nicanor (hijo de Juan Manuel) y el matrimonio duró seis meses. El marido desapareció en Europa.

El cuadro de encuentra en el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo
www.mnav.gub.uy

BIBLIOGRAFÍA:

-          Gran enciclopedia del Uruguay v. 1 .- El Observador
-          Arte uruguayo de los maestros a nuestros días : Blanes.- El País

Obras de Juan Manuel Blanes: Retratos

OBRAS DE JUAN MANUEL BLANES:

LOS RETRATOS

Fue su principal fuente de ingresos desde 1850. Documentó en sus obras a muchas autoridades de la época, a celebridades vecinas, familiares, amigos y clientes. Sólo en la exposición realizada en el año 1941 en el Teatro Solís, figuraron cien retratos de su autoría.

 Dentro de los más conocidos: Artigas, Oribe, Gral Flores, Urquiza, los coroneles César Díaz, Latorre, Santos, Leandro Gómez, los Reyles, Besnes e Irigoyen, Ramón de Santiago, José María Delgado, de su esposa María Lipari, y de su madre.

La Revista de 1855.




Latorre no buscó ser retratado, incluso se negó. El Santos quiso se retratado. Blanes lo pintó a caballo. Con el título de La Revista de 1885 lo representó en medio de una parada militar donde aparecen, con los respectivos uniformes sus principales jefes militares. Como fondo, como si hubiera existido un error histórico, ubica un artigas, una estatua dedicada al prócer máximo que nada tiene que ver con la actual de Zanelli, aunque lo parezca, levantada después.

Retrato de su madre


Respecto a este retrato, Gabriel Peluffo se refiere a la “envoltura penumbrosa de la luz, concentrada en el rostro y las manos”.

Bibliografía:


-          Gran enciclopedia del Uruguay v. 1 .- El Observador

-          Arte uruguayo de los maestros a nuestros días : Blanes.- El País
 

Obras de Juan Manuel Blanes: Los Gauchos


OBRAS DE JUAN MANUEL BLANES:


LOS GAUCHOS

Juan Manuel Blanes captó el espíritu libertario del gaucho.

 Si bien el gaucho era un hombre de acción, el pintor lo retrató en poses estáticas. Cuando el gaucho se ocupaba de sus tareas, Blanes documentaba sus hábitos y su costado costumbrista.

Lo pinta en el campo, su lugar natural, con amplios espacios y horizontes despejados, cielos nacarados y atardeceres crepusculares. Aprovecha en sus pinturas la fuerte luz americana, deslumbrante enceguecedora, de gran impacto visual (Ángel Kalenberg: Juan Manuel Blanes, La nación independiente 1830-1991)

Los tres chiripaes



El hombre de la izquierda, viste ropa casi ciudadana, aunque porta un chiripá. Lo recibe la algarabía de los perros. Blanes lo pintó en Europa. Es el gaucho más moderno de los tres y el menos atado a las antiguas tradiciones. 

Lo pintó en diferentes momentos. El más antiguo es el último a la derecha, el del chiripá rojo. En todos ellos se nota la atención que ponía el gaucho en su vestimenta.

Aurora



El nombre de aurora es sinónimo de amanecer. Blanes retrata a este hombre de espalda, apoyado en el palenque. La falta de rostro imposibilita identificarlo racialmente y parece estar en actitud de espera.  

Bibliografía:


-          Gran enciclopedia del Uruguay v. 1 .- El Observador

-          Arte uruguayo de los maestros a nuestros días : Blanes.- El País
 


Juan Manuel Blanes: Biografía





JUAN MANUEL BLANES
BIOGRAFÍA


Nació en Montevideo en 1830 y falleció en Pisa (Italia) en 1901

Fue el tercero de tres hijos. (El mayor se llamaba Gregorio y el menor Mauricio) Sus padres eran el español Pedro Blanes Mendoza y su madre la santafesina Isabel Chilavert Piedrabuena.

Por razones económicas se vio obligado a abandonar la escuela a los 11 años para trabajar en un almacén.

De niño ya puso de manifiesto condiciones para el dibujo.

Trabajó como tipógrafo de un diario del Cerrito durante la Guerra Grande.

Autodidacto en sus inicios, comenzó a pintar en Montevideo.

En 1855 se radicó en Salto, donde realizó retratos por encargo y dictó clases de pintura en el Colegio de las Humanidades.

Trasladado a Entre Ríos, dos años después, pasó a residir en Concepción del Uruguay.


Autorretrato

Convocado por Justo José de Urquiza, decoró el Palacio de San José con ocho cuadros de las victorias militares del presidente argentino.

Regresó a Montevideo durante la epidemia de fiebre amarilla que habría de dar motivo a uno de sus más célebres cuadros.

En 1860 viajó a París y Florencia con su esposa y sus dos hijos, gracias a una beca dispuesta por ley.

En la Academia de Florencia concurrió a los cursos del Maestro Antonio Ciserio. De regreso a Uruguay en 1864, se convirtió en un artista de prestigio.

Viajó a Italia dos veces más y falleciendo en Pisa en el año 1901.


Bibliografía:

-          Gran enciclopedia del Uruguay v. 1 .- El Observador
-          Arte uruguayo de los maestros a nuestros días : Blanes.- El País